miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un día como hoy.



Diciembre de 2012.

Doce de diciembre del año dos mil doce. Exactamente a las doce horas, con doce minutos. 

Hoy es un día épico, tendrían que pasar cien años, para repetir un número tan especial, como lo es el doce. No sólo es épico por eso, sino porque hoy hace nueve meses, conocí a la persona más valiosa para mi vida. No solo eres lo más importante, sino lo más lindo.
Eres lo que necesito, y lo que quiero. Parece mentira, que con solo mirarte sonreír, me sienta viva.
Es que, cuando el viento roza tus mejillas se crea inmediatamente una sonrisa en mi. Tu ojos deseando besarme, y pidiéndome que te diga te amo, y tus labios el complemento de alguien tan perfecto como tú. Y es que ese día que te conocí, fue tan extraño verte de blanco, con una inquieta mirada, que me molestaba, y se me hacía graciosa. Fue algo diferente, cuando empecé a hablarte, eras demasiado complicado, nunca había conocido a alguien como tú. Tan sumiso, tan silencioso, una persona que usara las palabras ideales para hablar, que no decía cosas por salir del paso. Sino que pensaba, antes de dar una opinión.
Me atrevo a decir, que conocerte podría ser lo mejor que me pasó, y que me gustaría que siguieras aquí, que eres completamente adorable para mis ojos, y mi corazón.
Siento que ya he dicho todo lo que puedo, pero nunca las palabras son suficientes cuando se trata de ti, de decirte un te amo, y desear que seamos felices.
Y dirás ¿será para siempre? y ronda el silencio, no sabemos si así será, por ahora seamos felices, y vivamos el presente, porque no conocemos el futuro aún, aunque no lo imaginemos todos los días.


Te amo, y es que ¿qué más puedo decir? no existen palabras más grandes que esas, y si así fuera te las diría, sin dudarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario