Octubre de 2012
Cartas no entregadas
No tengo un título, que valga la pena.
Dieciséis de Agosto de dos mil algo. Tres y treinta
de la tarde.
Destinatario, número uno.
Si la fecha de las cartas, no ha de concordar con
el blog, se debe a la deficiencia de un sitio web, yo solía escribirte a lápiz
y hoja, ahora decidí buscar otra manera más secreta, y concreta.
Palabras declaradas entre suspiros, llantos,
sonrisas, y muchas cosas más. Principalmente quiero confesarte, que te he
extrañado, necesitado y pensado más de lo normal, a veces me aterro de mi
misma.
Y me digo: "Mi misma, ¿qué te pasa? acaso te
has enamorado, a tal punto de inhalar oxígeno y exhalar, dióxido de carbono,
solo por él?". ¿En serio tanto te gusta.?
Al principio me negaba, yo creía que no, que no te
amaba, y que no te necesitaba tanto, porque siempre fui así, siempre oculté lo
que sentía o siento, o me gustaba que nadie lo supiera. Pero tú, tú cambiaste
mi vida y le diste una vuelta de ciento ochenta grados, me pusiste de cabeza,
me robaste el corazón. Y ahora, ahora no lo tengo, solamente te lo has quedado.
¿Sabes? alguna vez escuché, que en la antigüedad
Dios creó a un hombre y a una mujer, con un mismo corazón respectivamente,
mitad y mitad. Y permitió que se alejaran cada uno por sus caminos.
Pero al pasar del tiempo tendrían que encontrarse y
ser uno. Eran almas gemelas o algo como eso, uno era la esperanza del otro. Y
así exactamente siento que eres tú, que eres parte de mi corazón, casi todo.
Nunca creeré en "medias naranjas" eso es
estúpido, bastante estúpidos las únicas naranjas que conozco son comestibles y
las medias son para pies. Y no te considero esa tontería.
Simplemente eres lo que faltaba o necesitaba. Solo
eso.
Sólo respira y vive, vive por ti, y yo yo lo haré
para ti.
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario